Fue un químico de la compañía 3M llamado Art Fry. A finales de los años setenta, Fry era integrante de un coro de iglesia y solía perder el separador de páginas de su libro de cánticos. Pensó que solventaría el problema si contara con una cinta de papel adhesivo que se pudiera despegar con facilidad sin estropear las páginas del libro. Y entonces recordó que en 1968 su compañero Spencer Silver había ideado un adhesivo con acrílico que fue desechado por su “escaso poder de sujeción”. Fry dedujo que lo que en principio había parecido un defecto en el invento de Silver podría resultar útil para fijar papeles de manera permanente sin dañar las superficies donde fuesen adheridos.
Tras un año y medio de desarrollo obtuvieron el diseño final del producto: las Notas Post-it®. Un 90% de las personas que lo probaron en las oficinas de 3M quedaron satisfechas, lo que dio el pistolezado de salida a su comercialización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario