El 6 de Mayo de 1933 en la página 13 del periódico New York Times, aparecía la esquela de Li Ching-Yuen, un chino que sobrevivió a 23 esposas, dejó 180 hijos y murió a la edad de 256 años. ¿Realidad, un error de la publicación, una exageración… ? Algunos investigadores dicen que es cierto. Pero antes, conozcamos un poco más sobre Li Ching-Yuen:
Misterios
de una vida
Li
Ching-Yuen nació en China en el año
1677, en la provincia de Szechuan durante la dinastía Ching. Fue practicante
del Tao y de otras disciplinas de meditación y artes marciales, así
como un experto herbolario. Después de servir
en la milicia como consejero táctico e instructor de artes marciales, se
retiró y pasó mucho tiempo en las montañas cercanas al Tibet, donde
recolectó hierbas medicinales que según decía ayudaban a mantenerse joven, vigoroso y saludable.
En 1927 fue
invitado a Wann Hsien por su amigo personal el general Yang Sen,
quien estaba muy interesado en la fuerza y juventud que tenía Li, a pesar de su
avanzada edad. La foto que mostramos en este post, sería de esa ocasión en la
casa de Yang Sen, y es la única foto que se puede conseguir. Al año siguiente
Li Ching-Yuen habría muerto a la edad de 250 años (hay versiones que
dicen que murió más tarde, a los 256 años de edad). De paso cabe mencionar
que el general Yang Sen, quien fue discípulo de Li durante los últimos
años de vida de éste falleció a los 98 años de edad, habiéndose destacado por
su vigor y potencia a pesar de su edad.
El caso de Li
Ching-Yuen habría sido investigado por Yang Sen, quién publicó un reporte en donde decía que efectivamente la historia era
cierta. Por otra parte las personas entrevistadas en 1933, que vivían en la
provincia donde tuvo su hogar Li, decían que recordaban conocerlo desde
que eran niños pequeños y que no había cambiado mucho desde entonces, incluso
muchos de ellos aseveraban que él era amigo de sus abuelos cuando éstos
aún vivían. También, supuestamente, el New York Times habría publicado, como
comentamos al inicio, esta noticia el 6 de Mayo de 1933 en la página 13.
Algo que sería sumamente interesante poder comprobar.
Al momento de su
muerte, Li aún mantenía todo su vigor, potencia sexual, agilidad y fuerzas
propias de la juventud. Durante su vida habría tenido más de veinte esposas
(todo un ejemplo a seguir) y una numerosa descendencia, además de un gran
cúmulo de conocimiento y sabiduría propio de un anciano de…¡¡más de dos siglos
de edad!!.
Un punto interesante a
tocar es el de las hierbas que recomendaba y consumía. Li Ching-Yuen
usaba gingseng y una poco conocida planta, la Hydrocotyle
Asiática Minor. Muchos científicos de la época se burlaron de esto y no le
dedicaron atención al tema, pero unos pocos visionarios fueron un poco más
allá. Jules Lepine, bioquímico francés, encontró un poderoso
alcaloide de efectos rejuvenecedores en las semillas de dicha planta.
Posteriormente se descubrió que tenía un elemento de gran importancia para la
dieta humana, el cual no se conocía ni se encuentra en otro lugar,
denominado Vitamina X por algunos, bueno para el cerebro y las glándulas
endocrinas, además de usarse también extractos de la planta para tratar
problemas de circulación y de piel. Esto sería un nutriente fundamental para
lograr tal nivel de longevidad, tal como lo logró Li.
Se dice que desde su
niñez fue aprendiendo sobre hierbas bajo el alero de importantes
herbolarios, que tuvo la suerte de ir conociendo a grandes maestros
taoístas que le enseñaron los secretos del Tao, que a la edad de 130
años encontró a un anciano en las montañas del Tíbet, quien era un maestro
de alrededor de 500 años y que le enseñó las técnicas que lo ayudaron
a vivir tanto… En fin, un montón de cosas se dicen haciendo un alo de
misticismo sobre una historia que parece ser verdad y estar
confirmada oficialmente por distintas fuentes. Los descendientes de Li
alcanzaban a ser cerca de 200 en el año en que él murió, y muchos de sus
discípulos lograron vivir más de 100 años. Las plantas que
consumía aún son objeto de investigación, y está comprobado el potente
efecto rejuvenecedor del poco conocido elemento presente en la hierba
mencionada anteriormente.
Durante más de de cien
años, Li continuó vendiendo sus propias hierbas, recogidas por el mismo. Un
dato curioso es que tenía las uñas de su mano derecha muy largas, de más de 15
centímetros.
En 1930 el
profesor Wu Chung-Chieh, decano del departamento de educación en
la Universidad de Chengdu, encontró en los registros Imperiales del
Gobierno de China dos felicitaciones del emperador a Li Ching-Yuen en
1827 por su 150 cumpleaños y una posterior a los 200 años. Por lo que si
este dato es riguroso sería una prueba irrefutable de la edad de uno de
los hombres más longevo que jamás haya existido.
El secreto de la
longevidad
En un artículo
publicado por la revista Time del 15 de Mayo de 1933 titulado
“Tortoise-Pigeon-Dog” (Tortuga, paloma y perro), se informaba sobre la
increíble vida del maestro Li Ching-Yuen y se citaba la respuesta que daba Li
al secreto de su larga vida:
“Mantén un corazón tranquilo,
siéntate como una
tortuga,
camina rápido como una
paloma
y duerme como un perro.”
Su dieta se basaba principalmente en el arroz
y en el vino de este cereal. Y como comentábamos, también consumía gingseng y la planta Centella asiática (Hydrocotyl
asiática). Se consume en ensalada, y el jugo de las hojas sirve para la
hipertensión arterial, y también como tónico. Un emplasto o cataplasma de
hojas se usa para tratar llagas y úlceras.
Por otro lado, cuando el general Yang Sen le
pidió consejos para vivir más y mejor, Li le dió tres:
1.
Evitar
los extremos emotivos, que agotan nuestra
energía e impiden el funcionamiento armonioso de los órganos.
2.
No
apresurarse: todo lleva su tiempo.
3.
Practicar ejercicios físicos y de respiración (chi kung) cada día.
Si la historia descubierta por Wu Chung-chien
en 1930 y relatada por la revista Time y el diario The New York Times es
cierta, Li Ching-Yuen superaría en más de 130 años a la mujer más longeva de la
tierra, la francesa Jeanne
Louise Calment que vivió 122 años y 164 días.
En principio todos sabemos remedios para poder
vivir más y mejor, valdría con que viviéramos en lugares menos
contaminados, donde pudiéramos consumir alimentos nutritivos y naturales (sin
contaminantes, pesticidas, químicos dañinos, etc.), donde respiráramos aire
puro cargado de energía y dónde lleváramos una vida sin estrés ni malos ratos,
quizás así todos pudiéramos vivir una buena cantidad de años más de lo que es
considerado normal, pero sólo unos pocos privilegiados pueden lograr una vida
así.
Esta es la única fotografías de Li Ching-Yuen:
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